Los saldos del debate
No hay un tema que en estos momentos despierte mayor interés que el relacionado al debate presidencial. En mi particular opinión, vi a un Bronco desesperado el cual ni siquiera mereció ser atacado por sus contrincantes; fue, en cierto sentido, un invitado de piedra. Margarita demostró inconsistencia e inseguridad, fue la encargada de atacar a Anaya y dividir el PAN a favor de Meade. Creo que sus propuestas van más encaminadas a dirigir el DIF que al país. Lástima de representante de género. Y lo digo así, no porque menosprecie su papel en una contienda de hombres, sino porque hay mujeres con mucha mayor capacidad que la esposa de Felipe Calderón.
En lo que respecta a Ricardo Anaya lo percibí inseguro: ataca 17 veces a AMLO con temor y sólo por obligación hace lo propio con Meade, aunque festeja la política económica de Felipe Calderón con Meade al frente de la Secretaría de Hacienda. Un Anaya desesperado por apoyar (¿indirectamente?) a Meade, quien lograría encabezar la oposición al “Pejidente”.
Al Peje lo vi apegado al guion impuesto por sus asesores y sin enojarse ante los 51 ataques que recibió por parte de todos sus contrincantes. Sólo envío 2 obuses: uno al PAN y otro a Meade. Pese a todo ese entorno adverso, logró mantener la calma, pudo defenderse con un tono obligadamente moderado y debatió hasta donde el reloj se lo permitió. Fue el primero en salir del escenario evitando socializar con los demás. Hasta en eso fue nota.